efectos del calor en coche

Los peligrosos efectos de la radiación solar en un automóvil y sus ocupantes

  • Aproximadamente, el 60% del aporte al calor dentro del coche procede de los cristales; especialmente, del parabrisas, que tiene una gran superficie expuesta al sol y en un ángulo más perpendicular. El porcentaje restante se distribuye entre la carrocería (20–30 %), infiltración de aire exterior caliente (5–10 %) y calor generado por el motor y la batería –en los EV (5 %).
  • Un coche estacionado al sol en verano, puede superar los 60ºC de temperatura interior y llegar a los 85ºC en algunas superficies interiores. Algunas ordenanzas municipales de movilidad sostenible no permiten estar estacionado con el motor y el aire acondicionado encendido.
  • Buena parte de la radiación solar que soportamos a lo largo del día se produce dentro del coche y la exposición a los rayos solares que recibimos a través de los cristales de la mayoría de los automóviles es especialmente alta.
  • El sol también provoca roturas de parabrisas y afecta a la pintura, escobillas, juntas de goma, materiales adhesivos, materiales y tapizados interiores, batería, componentes electrónicos y manguitos de goma. 

Las altas temperaturas del verano y la radiación solar suelen asociarse al aumento de la temperatura en el interior de un coche, pero provocan muchos otros efectos que afectan a la seguridad, la salud de los ocupantes y la sostenibilidad

El aumento de la temperatura de un coche al sol se produce, sobre todo, por la radiación infrarroja, que representa más del 50 % de la energía solar. Esa radiación penetra en el habitáculo a través de los cristales y calienta las superficies interiores, que irradian ese calor en forma de radiación infrarroja de onda larga. El otro causante del calor dentro del coche que entra por los cristales, es la luz visible, que representa alrededor del 43 % de la energía solar. 

Al ser absorbida por las superficies oscuras del interior, se transforma en calor que se irradia al interior. Todo ese calor queda atrapado dentro del habitáculo por el efecto invernadero que se genera en un coche, ya que el parabrisas y las ventanas dejan entrar esa energía, pero no permiten que escape fácilmente

Además, el propio parabrisas –y el resto de los cristales del vehículo expuestos al sol- también se calientan y transfieren ese calor hacia el aire circundante del habitáculo, las superficies internas cernadas y a la estructura del coche con la que tienen contacto, aunque sea indirecto. Es el mismo proceso que se genera en la carrocería del coche: la pintura absorbe la energía solar y emite radiación térmica (IR de onda larga). Cuando está al sol, sigue recibiendo más energía de la que puede emitir, por eso sigue calentándose. Pero ese calor llega menos al interior del vehículo porque entre la chapa que se calienta, y el aire y materiales interiores del habitáculo, hay numerosas capas de materiales aislantes y cámaras de aire. 

Todo ello hace que un coche al sol en un día caluroso de verano, pueda superar los 60ºC de temperatura interior y llegar a los 85ºC en algunas superficies interiores

Reducir efectos del sol: una cuestión de eficiencia y sostenibilidad 

La industria de la cristalería del automóvil ha desarrollado soluciones para atenuar los efectos del sol, con parabrisas y ventanillas laterales laminadas que incorporan una capa interna que puede reflejar hasta el 99% de los rayos infrarrojos, con una transmisión de luz superior al 70%. En los coches que no equipan estos cristales, se pueden instalar láminas en las ventanillas laterales traseras y luna trasera, que bloquean la radiación infrarroja y los rayos UVA. Por otro lado, los coches de colores oscuros absorben más energía (hasta el 90 %), mientras que los de colores más claros reflejan más luz y se calientan menos (pudiendo llegar a absorber solo un 35% de la energía solar). 

La disminución de la temperatura del habitáculo permite llegar a una temperatura agradable en menos tiempo y consumiendo menos energía. Todos los ocupantes del vehículo se benefician del aumento de confort que proporcionan las lunas laminadas por la menor incidencia de los rayos solares en el interior del coche. Y, además, las lunas laminadas “permiten un mejor uso del aire acondicionado”, en palabras de la Dirección General de Tráfico. Y esto redunda en un menor consumo de combustible. No olvidemos que el uso de aire acondicionado supone un incremento del consumo de un 4,6 % en los vehículos de combustión de diésel, un 3,8 % en los coches de gasolina y un 6,1 % en los híbridos, según un estudio de Emission Analytics*. 

Reducir efectos de la radiación solar: una cuestión de salud 

En la mayoría de los automóviles solo el parabrisas ofrece protección frente a los rayos solares, siendo pocos los modelos con ventanillas laterales laminadas que bloquean estos rayos. La exposición a la radiación solar es acumulativa y está asociada al 90% de todos los cánceres de piel. Numerosos estudios han demostrado daños asimétricos en la piel de conductores habituales, cuyo brazo izquierdo y ese lado de la cara sufre más lesiones que el otro lado. 

Además de los parabrisas y ventanillas laterales laminados que pueden equipar algunos modelos, la ley permite laminar las ventanillas laterales traseras, plazas en las que viajan los niños, que son más sensibles a la exposición. En España solo pueden laminar las ventanillas delanteras de su vehículo las personas afectadas de lupus, con un permiso especial. Carglass ofrece una solución de laminado de la mayor calidad y válida para todos los modelos, para dotar a las ventanillas laterales traseras de protección solar. El laminado consiste en aplicar una lámina especial que bloquea el 99% los rayos UV en la cara interna de las ventanillas, operación que se realiza en poco tiempo. 

Otro fenómeno que puede afectar a la salud relacionado con el calor es que, a elevadas temperaturas, un automóvil libera compuestos orgánicos volátiles (COVs), tanto en el interior (procedentes de diversos materiales del habitáculo) como hacia el exterior (materiales de carrocería, pintura y plásticos exteriores, juntas y sellantes). 

Otros problemas generados por el sol

El calor dentro del habitáculo del coche es solo uno de los problemas que genera el sol en verano. En el exterior, las elevadas temperaturas y la incidencia de los rayos solares también “ataca” a muchos componentes. En verano es cuando más parabrisas se rompen por las temperaturas extremas y las diferencias térmicas, que generan grandes tensiones en los cristales. Un pequeño impacto –fácilmente reparable en cualquier taller de Carglass®- se convierte con rapidez en una rotura irreparable que puede arruinar un viaje. La radiación solar también afecta a la pintura, las escobillas, a todas las juntas de goma de la carrocería y a los materiales adhesivos con los que se adhiere el parabrisas a la carrocería. Carglass® España emplea el innovador adhesivo Betaseal Apex, desarrollado por Dupont en exclusiva para Belron®, que cumple y supera las especificaciones OEM en cuanto a resistencia y durabilidad, y ha superado las pruebas más estrictas de envejecimiento por calor, altas temperaturas, humedad, inmersión en agua, exposición acelerada a la intemperie por rayos UV y exposición prolongada al aire libre. En el interior, los rayos solares también provocan un envejecimiento prematuro de los materiales y tapizados; y desde el punto de vista mecánico, “atacan” especialmente a la batería, componentes electrónicos y manguitos de goma. 

 

*Estudio de Emissions Analytics

Autor: Carglass®
Fecha de publicación: 26/06/2025

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