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El parabrisas: componente decisivo para la Seguridad Vial Preventiva

Este estudio de la UAB (Universidad Autónoma de Barcelona) demuestra que el parabrisas es un elemento estructural del automóvil del que depende la resistencia del techo en caso de colisión y vuelco. 

  • El mayor peligro en un vuelco es el riesgo de eyección o expulsión fuera de la estructura del parabrisas.

El concepto de (in)seguridad vial, emergió como uno de los grandes problemas en EE.UU. en los años 60 tras la comprobación de que suponía un riesgo de muerte por accidente de tráfico hasta 10 veces mayor que el de homicidios. 

A partir de esta nueva visión de la seguridad vial como seguridad integral en que la máxima preocupación debe ser la salud y el derecho a la vida de las personas, es cuando las políticas de prevención y de seguridad técnica del vehículo toman gran protagonismo.

Las lunas del automóvil aportan el 30 % de la resistencia de la estructura del vehículo, esto hace que mantener los cristales en un perfecto estado de conservación sea vital para disminuir los riesgos y la inseguridad al volante y una prioridad para el campo de la prevención. Un pequeño desperfecto en el cristal provocado por ejemplo por el impacto de una piedra, reduce su resistencia hasta un 70 %. Además de esta pérdida rotunda de resistencia que representa para la estructura del vehículo, este impacto, con el tiempo, debido a las tensiones que soporta el coche al circular y la acción del agua, el viento, el frío o el calor acabará convirtiéndose en una peligrosa grieta. 

Un vehículo que circula con un impacto no sólo tiene debilitada su estructura principal, sino que además está a expensas de que cualquier pequeño golpe seco o cambio brusco de temperatura provoquen una fisura o rotura que imposibilitaría seguir circulando.

El cristal del automóvil: esencial para la resistencia del techo

Este estudio realizado por Manuel Ballbé, Catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Autónoma de Barcelona y Delegado de la UAB en Escuela de Prevención y Seguridad Integral y por Yaiza Cabedo, Equipo de Investigación de la UAB y Licenciada en Derecho, evidencia que el cristal y, en especial el parabrisas, es un elemento estructural del automóvil del que depende la resistencia del techo en caso de colisión y vuelco. Se demostró que, tras un impacto, si el coche quedaba sin parabrisas, su techo se aplastaba y deformaba con muchísima facilidad, perdiendo casi toda resistencia al volcar. La conclusión a la que llegó este experimento es que la seguridad de los pasajeros en caso de colisión depende en gran medida no sólo de llevar bien instalado el parabrisas sino de mantenerlo en buen estado puesto que de ello depende la fortaleza de la estructura y del techo. 

A partir de la utilización de parabrisas de cristal laminado, su solidez es clave para fortalecer el techo de sus coches y para conseguir una mayor absorción de la fuerza de aplastamiento en algunos casos de choques que vuelcan el automóvil. La investigación científica de la industria del automóvil en este campo es cada día más importante debido al incremento constatado de la cantidad de cristal en la estructura de los vehículos.

La gran cantidad de prototipos que se diseñan para ir mejorando la resistencia de los automóviles han conseguido dar nuevas soluciones más seguras que permiten, por ejemplo, diseñar techos de cristal que llegan a alcanzar cotas de extrema resistencia al vuelco. Esta resistencia se consigue, sobre todo, por la utilización de perfiles y montantes muy resistentes en las ventanillas. Para garantizar una distribución de la carga lo más uniforme posible en todo el techo se diseñan zonas de transición redondeadas de los montantes hacia el techo. Las piezas fundamentales para formar una unidad sólida con el resto de la carrocería son el parabrisas y la luneta posterior, que contribuyen activamente a la resistencia antivuelco de la celda del habitáculo. 

El mayor peligro en un vuelco es el riesgo de eyección o expulsión fuera de la estructura del parabrisas. Si el techo (o los cristales) son demasiado débiles, los pilares de apoyo de la carrocería se deforman y se derrumban cuando el techo del vehículo golpea el suelo. Como consecuencia, se deforma el techo, se rompe el parabrisas y las ventanillas laterales e incluso pueden soltarse las puertas. Esto multiplica las posibilidades de que los ocupantes sean expulsados del vehículo o sufran importantes lesiones.

El parabrisas ha pasado de tener una forma plana y sujetarse a la carrocería mediante un perfil de caucho a tener formas cada vez más curvadas y aerodinámicas que se unen a la carrocería mediante adhesivo especializado. 

Carglass®, especialista en reparación e instalación de cristal del automóvil, fruto de su inversión en investigación y experimentación, ha desarrollado maquinaria y fórmulas propias de adhesivos para el pegado de parabrisas. Esta especialización supone una ventaja muy importante frente a sus competidores en el sector del cristal, así como también frente a talleres del automóvil generalistas que no cuentan con el mismo know how ni con unos instrumentos tan específicos como los que posee un experto especializado.

La actual técnica de pegado de lunas del automóvil es un sistema que además de unir cristal y carrocería, proporciona mayor rigidez a la estructura del coche y consigue aislar mejor a los pasajeros, con más seguridad para el vehículo. Esto se consigue gracias a la incorporación de este nuevo tipo de adhesivos viscoelásticos que consiguen una distribución más uniforme de los esfuerzos. 

El parabrisas ha dejado de ser una mera pantalla de separación entre el compartimento de los pasajeros y el exterior que protegía solamente de elementos externos como el viento, la lluvia, el polvo... para convertirse en parte de la estructura resistente de la carrocería.

Uno de los retos para la industria del automóvil en la actualidad es la investigación y experimentación con materiales con capacidad de absorción de impactos. Una de las características de los adhesivos utilizados en el montaje de los parabrisas es que las propiedades elásticas del adhesivo contribuyen muy positivamente a la absorción de la fuerza de los impactos mejorando en mucho la seguridad del vehículo. 

En lo que se refiere a materiales y a cómo estos permiten una mejor y más segura absorción y distribución de las fuerzas, tanto el acero como el aluminio posibilitan una amplia dilatación a rotura sin fallo de la estructura de manera que el marco lateral de la luna de automóviles podrá absorber fuerzas que actúen sobre el techo en caso de un accidente y transmitirlas sobre las estructuras inferiores de la carrocería. 

Tests dinámicos han demostrado que cuando el techo del coche se aplasta menos de 4 pulgadas (10,16 cm), los cristales seguros del automóvil resisten y evitan que salgan despedidos o se rompan. Esto permite una resistencia total de los cristales en algunos casos de vuelco llegando a soportar incluso múltiples vueltas de campana. Según el estudio de concesión de una patente concedida en 2010, diseñar el perfil del marco del parabrisas con un material compuesto de fibras supone interesantes ventajas. Estos materiales utilizados en el estudio, compuestos a base de fibras, permiten diseñar parabrisas más finos y de esta manera mejora el ángulo de visión. Otra ventaja que presenta es que reduce el peso del vehículo sin que ello merme la protección de los ocupantes. Un menor peso da como resultado un centro de gravedad más bajo del vehículo y posibilita una mejora del comportamiento durante la marcha.

El desarrollo de la industria automovilística no puede avanzar de forma compartimentada puesto que todos los elementos del vehículo suman en seguridad y todos ellos están interrelacionados. Es conocido el gran éxito del cinturón de seguridad como instrumento preventivo que reduce en un 45 % el riesgo de muerte en colisiones, pero estos éxitos hay que ponerlos en relación con el resto de elementos preventivos del automóvil. De nada sirve tener la mejor calidad preventiva en el parabrisas si el pasajero no lleva puesto el cinturón, porque en caso de choque será su propio cuerpo el que salga despedido contra el cristal provocando su rotura, con las dramáticas consecuencias que la rotura del parabrisas comporta en la disminución drástica de la resistencia de la estructura del vehículo. Del mismo modo, un techo fuerte también es importante para evitar que los cristales se rompan en caso de colisión.

Está claro que el perfeccionamiento de los cristales debe ser simultáneo a la experimentación y mejora de la resistencia de los techos y viceversa.
 

Autor: Carglass®
Fecha de publicación: 17/01/2022

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