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Del impacto a la rotura (PARTE II)

Los motivos que hacen que un impacto en el parabrisas se convierta en rotura.

  • Cada año, se estima que el 10% de los vehículos españoles sufren daños en alguna de sus lunas.

Un impacto en un parabrisas puede agrietarse en cualquier momento, cuando menos se espera. Si esto ocurre durante la conducción, la seguridad del conductor y de los pasajeros puede verse afectada.

La simulación de roturas debe desglosarse en dos pasos: la fractura o impacto inicial en forma de circunferencia, y el momento en que esta fractura se abre por el desarrollo de fracturas radiales. La fractura radial incrementa como mayor sea la profundidad de la hendidura inicial. 

Existen factores externos que influyen en que ese impacto inicial desarrolle grietas radiales que acaben en una rotura total del parabrisas. Por un lado, están los factores relacionados con los esfuerzos mecánicos dinámicos de flexión o torsión, que se transmiten de la estructura de la carrocería al parabrisas cuando el vehículo está circulando, y por otro, las tensiones térmicas provocadas por los cambios de temperatura, que someten al parabrisas a una elevada tensión térmica y que se agravan por la velocidad.

Factores relacionados con las tensiones mecánicas: 
- Subir y/o bajar un bordillo
- Pasar un badén a velocidad moderada
- Sobrepasar un bache
- Cerrar una puerta del vehículo bruscamente

Factores relacionados con las tensiones térmicas:
- Exposición al sol con temperaturas elevadas
- Exposición al frío y las heladas
- Conectar el aire acondicionado
- Conectar la calefacción

Evolución del tamaño de las grietas según la temperatura:

Rotura del parabrisas: tipos, porcentajes y causas

Se estima que un 10% de los vehículos españoles sufrieron daños en alguna de sus lunas. Los cuatro tipos principales de impactos en el parabrisas son:

  • Desgaste superficial: el parabrisas está ligeramente marcado, pero no es un impacto que pueda llegar a degenerar.
     
  • Ojo de buey: se extiende en forma de cono a través del espesor del cristal hasta alcanzar la lámina butilar, deteniéndose después. Generalmente no hay posterior agrietamiento del cristal. Tienen un diámetro de entre 1 y 2,5 cm.
     
  • Ojo de buey con microfisuras: el más frecuente es el que presenta la microfisura con forma de estrella.
     
  • Rotura con grietas: una grieta es una cámara abierta de aire. Es decir, el aire circula por su interior, lo que comporta que pueda introducirse suciedad. Las grietas de pequeño tamaño pueden llegar a repararse, aunque debe ser muy poco tiempo tras el impacto y con la grieta libre de agua y suciedad.


 

Autor: Carglass®
Fecha de publicación: 02/05/2022

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