El gasto derivado del consumo de combustible ocupa el primer puesto en la lista de gastos que hay que asumir cuando se es propietario de un coche. Hasta que se hagan más populares los coches eléctricos, son muchos los que siguen mirando con lupa las noticias sobre el ascenso o el descenso del precio de los carburantes. Pero, ¿y si te dijéramos que, con una serie de consejos, puedes reducir tu factura semanal dedicada a este apartado? Descubre cómo puedes reducir significativamente el consumo de combustible y piérdele el miedo a pasar por la estación de servicio con estos hábitos que te ayudarán en la conducción eficiente.
Olvídate del ‘calentamiento’
Los actuales coches no necesitan periodo de calentamiento después de ser arrancados, ni siquiera aunque lleven un tiempo sin que los uses. Ese calentamiento se produce durante la propia circulación. Tampoco es necesario pisar el acelerador en punto muerto después de arrancar el motor, algo que solo aumentará el consumo sin necesidad. En los motores diésel deberás esperar unos segundos antes de comenzar la marcha, mientras que en los de gasolina debes ponerte en marcha nada más arrancar el motor.
Las marchas largas y el freno motor, buenos aliados
Circular con marchas largas y con el motor a bajas revoluciones durante el mayor tiempo que puedas reduce considerablemente el consumo del motor, además de evitar someterle a excesos que pueden resultar, a la larga, más costosos. Por otra parte, cuando tengas que reducir la velocidad, hazlo de manera progresiva y, en lugar de pisar el freno continuamente, aprovecha el freno motor, que consiste en mantener alguna marcha menor engranada mientras se desciende de velocidad. De esta forma, las ruedas mueven al motor en vez del motor a las ruedas, como es lo habitual.
Aprovecha las inercias
Si circulamos en una pendiente descendiente, para ahorrar combustible debemos levantar el pie del acelerador sin bajar de marcha. Si la velocidad bajara demasiado, podríamos acelerar lo justo para recuperarla. Bajar en punto muerto es lo contrario a una conducción eficiente y no hay que hacerlo en ningún caso, porque además de peligroso dispara el consumo. En las curvas, antes de entrar en ellas hay que adaptar la velocidad y permitir que el coche ruede por su propia inercia o, en todo caso, reducir la marcha.
Los adelantamientos, con cabeza
Adelantar a un vehículo que nos precede debe ser una maniobra realmente necesaria, no un simple avance con el que circular a la misma velocidad y que nos deje casi en el mismo lugar que antes. Adelantar en poco espacio o llevando el coche a una gran aceleración y después a un frenazo brusco no solo aumenta el consumo de combustible, sino que desgasta mucho los frenos y otros elementos del vehículo.
Presta atención a las resistencias al aire
Llevar las ventanillas abiertas o un maletero con objetos sobre el techo son elementos opuestos a una conducción eficiente, ya que perjudican a la aerodinámica del coche. Con ellos se acrecienta el consumo de combustible. Está demostrado que con un sistema de climatización se gasta menos y se obtienen mejores resultados dentro del habitáculo que bajando las lunas. Recuerda que siempre debes conducir con precaución cuando transportes una bicicleta u otro objeto en tu coche.
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