¿Sabías que en verano es cuando más se rompen las lunas?

Seguro que tú también estás cansado ya del frío, la lluvia y el viento, y estás deseando que llegue el buen tiempo. En tu cabeza empieza a rondar la idea de organizar alguna escapada en tu coche aprovechando la época de sol. Pero aunque el plan sea brillante, ¿sabías que es durante el verano cuando más se agrietan las lunas? A continuación, te contamos por qué sucede esto para que tomes las precauciones necesarias en tus próximos viajes durante los meses estivales.

Si conduces con bastante frecuencia, te habrás dado cuenta de que las carreteras están construidas con un cierto desnivel en los laterales para facilitar que las lluvias retiren la mayor cantidad posible de restos del asfalto. Sin embargo, las vías nunca llegan a estar perfectamente limpias y la gravilla es una de las protagonistas que ocupa las carreteras.

De hecho, el impacto de estas piedrecitas en el parabrisas es una de las principales causas que provoca el 80% de las roturas de la luna delantera. A pesar de que casi en un 50% de los casos se puede reparar el vidrio, este tipo de golpes puede llegar a disminuye notablemente resistencia del cristal.

Como es de esperar, la luna que tiene más probabilidades de agrietarse durante la conducción es la del parabrisas, seguido de los cristales laterales y, en último lugar, la luneta trasera. La gravedad del daño no sólo depende del impacto recibido, sino también de la velocidad a la que circulemos, el estado del pavimento, la distancia recorrida con el coche y como veremos ahora, también del clima.

El verano es el gran enemigo de las lunas del coche

Está confirmado que el verano es la época del año en la que se registran más lunas agrietadas. Si la grava o cualquier otro resto de la carretera va a parar directamente al parabrisas de nuestro coche, el riesgo de rotura de la luna se incrementa durante el periodo estival debido a las altas temperaturas y a las diferencias térmicas que se producen entre el aire acondicionado del habitáculo y el calor del exterior, generando así grandes tensiones en el cristal.

La temperatura puede originar un comportamiento diferente del parabrisas cuando éste está sometido a varias fuerzas, perdiendo así su capacidad habitual de absorción de los golpes. Por ello, aumentan las probabilidades de que la luna se agriete o que se agrave un daño ya existente. Además, este riesgo es aún mayor cuando encendemos el sistema de refrigeración del coche a máxima potencia para conseguir una temperatura agradable en menos tiempo.

Según estudios de Belron Technical realizados con calor extremo, las consecuencias en el parabrisas son fatales. A una temperatura de 35º, si activamos el aire acondicionado al máximo, es posible que casi el 60% de los chinazos provoquen roturas de gran tamaño en la luna. Por otro lado, si la temperatura supera los 40º, las dos láminas de vidrio que conforman los parabrisas comienzan a separarse.

Si desconocías que el clima es una importante variable que afecta a las propiedades del parabrisas, en tus próximos desplazamientos durante el verano recuerda prestar una especial atención a este elemento del coche, sobre todo, si llega una ola de calor. Aunque siempre es importante reparar un parabrisas golpeado, en esta época del año es aún más significativo, por lo que no dudes en acudir a uno de nuestros talleres Carglass® para no comprometer tu seguridad y poder disfrutar plenamente de tus viajes en vacaciones.

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