Vas circulando por una carretera disfrutando de la conducción y de una entretenida conversación con tus acompañantes o escuchando una canción que te encanta. De repente, notas que una de las ruedas se ha pinchado… ¡que no cunda el pánico!
Aunque el nerviosismo invada tu cuerpo, recuerda que es una de las situaciones más importantes en la que debes mantener la mente fría. Para empezar, es crucial no perder la calma, sujetar el volante con firmeza y evitar las maniobras bruscas, lo que conlleva no sólo realizar movimientos suaves, sino también reducir la velocidad.
No creas que esta adversidad es culpa del karma, ya que nadie está exento de sufrir un pinchazo en alguna ocasión. A priori, este percance no tiene que tener consecuencias mayores, aunque si la rueda se pincha a gran velocidad, el peligro aumenta considerablemente. Si esto ocurre, el primer síntoma es la desviación del coche hacia un lado, similar a una sacudida, y la sensación de dureza para controlar la dirección y enfilar el vehículo.
¿Cómo actuar frente a una rueda del coche pinchada?
Una vez que hemos conseguido templar los nervios, si es la primera vez que te pasa, probablemente estarás un poco perdido. Por ello, tanto para los novatos como para los expertos en estos asuntos, en Carglass® hemos recopilado los pasos más importantes que se deben seguir:
1. Dado que los neumáticos del coche se pueden pinchar en cualquier momento, en el caso de que ocurra durante un trayecto, el primer punto consiste en recuperar y mantener el control del coche. Aunque parezca difícil, se puede conseguir agarrando el volante con decisión y prestando una atención extra al tramo que tengas que recorrer antes de parar. También es aconsejable activar las luces de emergencia para avisar a los otros conductores de que algo no va bien.
2. El primer impulso puede ser frenar bruscamente, pero esta decisión tan solo empeoraría las cosas. Lo más sensato es reducir la velocidad de forma progresiva y buscar un lugar seguro donde se pueda estacionar el vehículo.
3. Con el estrés de la situación puede ocurrir que olvides echar el freno de mano y salir del coche sin el chaleco reflectante. Respira hondo y piensa sobre todo en tu seguridad. Por ello, tanto el chaleco como la colocación de los triángulos de emergencia es crucial para que otros conductores puedan verte.
4. Por último, sólo queda cambiar la rueda o utilizar un kit para reparar pinchazos si cuentas con los conocimientos básicos. En otro supuesto, la solución pasa por llamar al servicio de asistencia en carretera de tu seguro de coche para que acudan a solventar el problema.
5. Independientemente de la opción que elijas, recuerda que al llegar a tu lugar de destino debes acudir a un taller para que instalen una rueda nueva y revisen el estado de las demás.
A pesar de que en determinadas ocasiones estos sustos se pueden evitar simplemente prestando atención a los neumáticos de forma frecuente, en otras es algo inevitable.
Desde Carglass® no podemos asistirte cuando suceden estos imprevistos, pero queremos ayudarte de otra manera… Ahora, si vienes a alguno de nuestros talleres para reparar o cambiar el parabrisas de tu coche, te regalamos un compresor de aire Casals® para las ruedas. De esta forma, no podemos poner la mano en el fuego afirmando que nunca tendrás un pinchazo, aunque sí podemos ayudarte para mantener la presión de tus neumáticos siempre a punto.
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