Sois muchos los que os preguntáis por qué en España no se puede tintar la luna delantera de un coche a pesar de todos los beneficios que este tipo de cristal tiene tanto para la seguridad como para el confort de los ocupantes. Al igual que el parabrisas, también está prohibido tintar la ventanilla del conductor y la del copiloto.
Según refleja la ley, queda restringida la instalación de estos vidrios “situados en el campo de visión del conductor en 180º hacia delante”. Atendiendo a ello, podemos afirmar que el principal motivo de esta prohibición obedece a los problemas de visibilidad que aparecen cuando las lunas se oscurecen, ya sea con un tintado de fábrica o con la colocación de una lámina adhesiva.
Una excepción a esta prohibición
Aunque de forma general en España está prohibido tintar las lunas delanteras, independientemente del nivel de opacidad e incluso si es de forma total o parcial, debes saber que existe una excepción a esta regla. Se trata de los vehículos de las personas que sufren lupus u otra enfermedad especialmente sensible a los rayos del sol, así como aquellos vehículos oficiales o de usuarios protegidos.
Únicamente en estos casos es posible tintar el parabrisas y las ventanillas delanteras, siempre que el laminado esté compuesto de materiales transparentes. Para ello es necesario presentar algunos documentos que justifiquen el caso excepcional: el permiso de conducir, el certificado médico con el diagnóstico de la enfermedad y un ensayo elaborado por un laboratorio autorizado por Industria para acreditar la idoneidad de la lámina. En el caso de que el conductor no sea la persona afectada, también hay que entregar algún documento que demuestre la relación con la persona que se beneficia de esta distinción.
Homologación de las lunas tintadas
Salvo los supuestos que no siguen la norma, si estás pensando en colocar unas laminas solares para coches homologadas en los cristales de la parte de atrás (ventanillas y luneta traseras), en España también se establecen algunos requisitos para circular con estas lunas tintadas perfectamente homologadas.
En concreto es necesario obtener un certificado de laboratorio que nos remitirá al taller que haya realizado el trabajo. En este documento se debe especificar el modelo de lámina que se ha instalado y sus características técnicas, junto con los datos del taller, del vehículo y la indicación de la fecha y el lugar.
Además de disponer de esta garantía, también es obligatorio que todas las lunas cuenten con su correspondiente sello para indicar que se trata de un material homologado y al mismo tiempo, el coche debe contar con un espejo retrovisor exterior a cada lado.
En el caso de no cumplir alguno de estos requisitos, es muy probable que tarde o temprano nos enfrentemos a una multa de hasta 150 euros o que en la próxima ITV no obtengamos un resultado favorable. A diferencia de lo que ocurría hace algunos años, en la actualidad ya no es necesario pasar una inspección técnica extraordinaria para homologar la instalación ni tampoco especificarlo en la ficha técnica del coche, ya que, desde la última reforma de la ley, este tipo de cambios no se considera una reforma de gran importancia.
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