El espejo interior del coche: Tener una buena visibilidad

Una buena visibilidad es uno de los elementos esenciales para tener una buena conducción, ya que el 90% de información que nos llega a través al cerebro es a través de la vista. Por ese motivo, el entorno, la posición relativa, la orientación, la velocidad y la dirección exigen al automovilista constantes ajustes en su foco de visión para comprender qué es lo que le rodea. El espejo interior del coche es un elemento fundamental para tener una buena visibilidad mientras se va conduciendo. 

El espejo interior del coche informa al conductor acerca de la situación del tráfico detrás de su vehículo y a sus lados, sin él se nos quedarían puntos muertos de visión y nos sería mucho más complicado averiguar cómo está el tráfico justo detrás de nosotros, lo que podría provocar algún accidente.

El espejo retrovisor es una extensión de nuestra visión. Desde hace 50 años, cuando fueron creados, tienen la misma función: ayudarnos a ver qué es lo que tenemos alrededor, ampliar nuestro campo de visión y saber si tenemos otros vehículos circulando en nuestra vía. De esta manera, sabremos si podemos movernos con libertad y seguridad. Para tener una buena visibilidad debe estar colocado de manera que al conductor le baste con mover los ojos para saber qué vehículos circulan alrededor de él.

Otros factores que ayudan a aumentar visibilidad

Después de ver lo importante que es el espejo interior del coche para tener mejor visibilidad conduciendo, vamos a ver otros factores que también son importantes:

  • Mirar a lo lejos

Observar al frente y lo más lejos posible nos ayuda a anticiparnos a los movimientos de los vehículos que nos acompañan en la carretera, y de esta manera hacer cualquier maniobra con un tiempo de reacción mayor. Si no nos fijamos en esto, puede que no veamos algún bache o auto parado y de esta manera nos demos cuenta cuando ya sea tarde. 

  • Realizar barridos visuales

Es importante realizar barridos de miradas transversales, es decir de lado a lado, y longitudinales desde cerca hasta más lejos. Dependiendo del tipo de vía en la que nos encontremos, será necesario hacer un tipo de barrido u otro. Por ejemplo, en la ciudad donde se conduce a velocidad más lenta no es necesario mirar tan lejos, en cambio en la autopista necesitamos realizar una mirada transversal y ver qué es lo que está pasando a nuestro alrededor. 

  • El “efecto túnel”

El efecto túnel es cuando nuestra visión se ve reducida por la velocidad. En la conducción, a veces las imágenes y los objetos que se proyectan en la retina lo hacen de forma difusa, ya que se captan a gran velocidad y pueden tornarse cada vez más confusas, sobre todo cuando la velocidad es más alta. En este momento puede producirse el famoso efecto túnel. Si en parado nuestro campo de visión es de 120º, en movimiento nuestro campo de visión se reduce con la velocidad. 

  • Tener en cuenta los ángulos muertos

Muchas veces por mucho que estemos atentos al volante, hay objetos y situaciones que se escapan de nuestro ángulo de visión. Esto ocurre cuando estos objetos o peatones están en el llamado ángulo muerto de visión. Sucede sobre todo cuando circulan motocicletas entre hileras de vehículos. Por suerte, cada vez más coches tienen un sensor que avisa si tienen algún elemento cerca de ese punto muerto. 

  • Cuidado con los deslumbramientos

Encontrarnos con la luz del sol de frente ya sea en un amanecer o atardecer, puede ser muy cegador y por lo tanto dificultar mucho nuestra visión en la carretera. Por eso, es muy importante llevar siempre unas gafas de sol en el coche para que la luz del sol no sea un problema. Además, debemos de tener en cuenta que el cristal del parabrisas esté limpio y sin rayazos.

Para asegurar que con bajo cualquier condición meteorológica la visibilidad es la correcta, puedes implementar un tratamiento antilluvia, y hacer una revisión periódica del funcionamiento de las escobillas del coche y cambiarlas siempre que sea necesario.

Este tipo de desperfectos o suciedad puede provocarnos algún tipo de reflejo que se podía haber evitado. Lo mismo ocurre con la parte trasera del coche, es decir, con la luna trasera del coche. Al estar en la parte trasera, solemos olvidarnos o despreocuparnos de su estado, pero lo cierto es que un mal estado de la luna del coche puede provocar dificultad al conducir y por lo tanto algún accidente. Es necesario asegurarnos de que el cristal está en perfectas condiciones, y que recibe una limpieza adecuada para que no nos dificulte la visibilidad al conducir. 

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