Mágica y mística, son dos de los adjetivos que describen a la perfección a Gales. Un lugar donde la naturaleza hace gala de sus mejores cualidades, acompañado de unos habitantes hospitalarios, nobles y amantes de las viejas costumbres. Aunque nos parecen fascinantes las rutas por Escocia y por Irlanda, Gales es un pequeño país encantador con paisajes asombrosos imprescindibles para cualquier viajero. Forma parte del Reino Unido y existen muchos lugares donde vale la pena perderse y descubrir para propio deleite. Para ello, no hay mejor manera que haciendo una ruta en coche para disfrutar a tu aire de todos los lugares imprescindibles.
Castillos en el Anillo de Hierro de Gales
Una de las formas de llegar a Gales es cogiendo carretera desde Liverpool dirección Llandudno. Se trata de un pequeño pueblo marinero en el que el escritor Lewis Carroll conoció a la niña que inspiró el personaje de su libro “Alicia en el país de las Maravillas”. Puedes empezar visitando el barrio de los corazones (Hearts Quarters). No muy lejos de la estatua del Conejo Blanco, llegarás a un paseo marítimo que parece sacado de una película del siglo XIX.
Cambiando de registro, llegamos a la costa que envuelve el puerto pesquero de Conwy. El centro histórico de Conwy respira ambiente medieval. Librerías viejas, casas de piedra y calles adoquinadas. Además, en él encontramos el castillo de Conwy que fue construido a finales del siglo XIII como parte del Anillo de Hierro. Considerado uno de los mejores ejemplos de la arquitectura militar europea de la época, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Este castillo fue el máximo exponente para el rey inglés Eduardo I para someter a los rebeldes galeses.
Si vas con tiempo puedes visitar varios pueblos que encontrarás en la ruta antes de cruzar el puente tendido sobre el estrecho de Menai. Hacia el sureste, encontrarás el castillo hermano al de Conwy, el castillo de Beaumaris, que vigila el paso de Menai.
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Los paisajes salvajes de Gales
Toca poner rumbo al noroeste de Gales en esta ruta en coche para cruzar la isla de Anglesy y llegar a Holy Head. Se trata del cabo rocoso localizado en la ínsula de Holy Island. Un lugar donde los amantes de los deportes de aventura como el piragüismo en aguas bravas llegan para hacer lo propio en el mar de Irlanda. También es un lugar para ver y atreverse a probar el coasteering. Se trata de un deporte que combina la natación con algo de escalada, espeleología y saltos entre rocas al mar.
Si la adrenalina no es lo tuyo, no te preocupes, la carretera que te llevará de nuevo al sur para entrar en el increíble Parque Nacional de Snowdonia es mucho más tranquila. Sin embargo, te recomendamos que en el camino hagas una parada para admirar el castillo de Caernarfon. Posiblemente es el más espectacular del Anillo de Hierro. Un poco más al sur de Caernarfon, empiezan los paisajes más verdes. Montañas, laderas y valles plagados de lagos. Circular en coche por la carretera da una sensación increíble. Al anochecer, cerca de Beddgelert, podrás ver la silueta del monte Snowdon.
Los pasos del Rey Arturo
Si vas con tiempo, iniciar el recorrido hasta la cima del monte Snowdon es un gran plan. Se trata del pico más alto de Gales con un total de 1.085 metros. Una vez logrado, podrás disfrutar de las vistas del lago Llyan Llydaw, donde las leyendas cuentan que descansa la espada Excalibur del Rey Arturo.
Posteriormente, toca llegar al colorido pueblo de Portmeirion. Un lugar en el que encontrarás mansiones de colores, columnas griegas, estatuas de Buda y villas italianas así como elementos típicos de pueblos mediterráneos. Todo un popurrí antes de iniciar la ruta hasta el Parque Nacional de Pembrokeshire, uno de los parques nacionales más bonitos del Reino Unido.
La costa de Gales
El Parque Nacional Pembrokeshire tiene merecida su fama. Acantilados, bosques, colinas interiores e interminables playas salvajes lo dotan de personalidad. Con mayor tiempo para recorrer el país, podrías recorrer un tramo de los 1.400 kilómetros de longitud que engloba la Ruta de la Costa de Gales. Algunos de los tramos más destacados son la playa de Baranfundle, el muelle de Stackpole o el pueblo de Tenby.
Si sigues circulando, llegarás a la península de Gowe, primera zona del Reino Unido declarada Área de Belleza Natural Destacada. Playas como Rhossili, con dunas y acantilados, o Three Cliffs Bay, son algunos de los enclaves que no te puedes perder. Otra de las maravillas naturales que tiene Gales y que no te puedes perder es el Parque Nacional Brecon Beacons.
La cosmopolita Cardiff
En un recorrido de poco menos de dos horas, podrás recorrer las Black Mountains. Se trata de la parte más importante del Parque Nacional de Brecon Beacons. En esta podrás apreciar lagos glaciares, bosques, prados y pequeños pueblos como Talgarth, Hay-on-Wye o Crickhowell. Aquí encontrarás también diferentes rutas de senderismo que te llevarán a descubrir las múltiples cascadas entre el área de Pontneddfechan y Ystradfellte, más conocida como Waterfall Country.
Para finalizar, este recorrido en coche por Gales llegará a su fin con la maravillosa ciudad de Cardiff. Como la capital de Gales que es, no podía faltar su castillo, pero bien es cierto que ya queda poco de la antigua ciudad medieval. Se ha transformado en moderna y vanguardista. High Street y Queen Street son sus arterias principales, y para el paseo al atardecer, que mejor que disfrutar de la bahía de Cardiff.
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