Hidrógeno: ¿El combustible del futuro?

Mucho se ha especulado en los últimos tiempos acerca de cuál será el combustible del futuro. Y es que la alta contaminación y la escasez del petróleo hace necesaria la búsqueda de alternativas, como lo es a día de hoy la electricidad. La Unión Europea se ha fijado como objetivo ambicioso reducir estas emisiones contaminantes en un 40% y en aumentar el uso de energías renovables en un 27% para el año 2030.

Conseguir dejar de depender de combustibles fósiles es uno de los mayores retos de nuestro tiempo. Encontrar combustibles no contaminantes que velen por un futuro limpio es uno de los objetivos más ambiciosos e importantes a los que se enfrenta la humanidad, y pese al auge de los coches eléctricos, la autonomía y el alto precio de las baterías, hacen que exista la duda de qué opción se impondrá finalmente.

El hidrógeno planta cara al petróleo

Hoy en día, si hablamos de opciones para movilidad, la que más papeletas tiene para convertirse en la energía que mueve al mundo es la del coche de hidrógeno

Paradójicamente, es el elemento más abundante del universo y también la solución más admirada y rechazada a partes iguales en nuestra sociedad. Este gas, incoloro e inodoro, encuentra inconvenientes en cuanto a su carácter volátil e inflamable y la esmerada manipulación que exige su uso. 

Además, la inversión para su adaptación como combustible es excesivamente alta para la economía actual. No obstante, se apuesta por el hidrógeno como primer candidato dado que los automóviles que funcionen con él, crearán a bordo su propia electricidad (resultado de la reacción del hidrógeno con el oxígeno) y lo único que expulsarán a través del tubo de escape será agua.

Muchas son las marcas que trabajan hoy en automóviles de hidrógeno, e intentan reducir el coste de estas pilas necesarias para su funcionamiento en un 95%. Actualmente, el coste de un automóvil de hidrógeno es impensable para cualquier familia, por lo que se están empezado a tomar medidas para lograr hacerlo asequible para la población. Su alto coste y la falta de infraestructuras para poder abastecerse siguen siendo una barrera difícil de combatir.

Aún así, se considera que el hidrógeno es uno de los posibles combustibles del futuro, capaz de cambiar el ciclo actual de dependencia de los combustibles fósiles, ya que produce tres veces más de energía que la mayoría de los combustibles utilizados actualmente. Gracias a este elemento, podemos plantearnos un futuro mejor. Existen ya una cantidad considerable de países que apuesta por incluir estos vehículos en un futuro no muy lejano. 

Las previsiones se sitúan en el año 2030. En muchas de las ciudades españolas, ya existen grandes flotas de autobuses públicos movidos por hidrógeno, introduciendo esta nueva realidad de lleno en el día a día.

Otras alternativas de combustible del futuro

Además del hidrógeno como combustible, existen vehículos que utilizan también otros combustibles alternativos:

  1. Los vehículos eléctricos de autonomía ampliada. Son aquellos que tienen dos motores. Uno de diésel o de gasolina y otro propiamente eléctrico. La ventaja de estos coches es que la tracción de las ruedas es totalmente eléctrica y el combustible fósil solamente se utiliza para cargar la batería.
  2. Los vehículos híbridos. Combinan ambos motores, eléctricos y gasolina o gasoil. La particularidad respecto a los anteriores es que en estos, ambos motores pueden funcionar a la vez o solamente uno de los dos puede encargarse de todo el proceso. Son el futuro de la reducción de emisiones contaminantes.
  3. Los vehículos que funcionan con gas natural como combustible. Los llamados bi-fuel, con motores capaces de funcionar con gasolina o con gas natural comprimido. No contaminan tanto como el vehículo tradicional de gasolina y reducen la emisión de gases que fomentan el efecto invernadero.
  4. Los vehículos que funcionan con gases licuados del petróleo (GLP). Igual que los anteriores, funcionan con gasolina o con gases licuados del petróleo comprimidos. Están comprometidos con el medio ambiente y con la emisión de gases contaminantes a la atmósfera.
  5. Los vehículos de biodiesel o bioetanol. Funcionan con mezclas de gasóleo, biodiesel, gasolina o de bioetanol. No son competitivos en el mercado porque siguen funcionando con combustible fósil pero como punto a favor, utilizan un tipo de combustible renovable.

Ahora que ya sabes un poco más de los combustibles del futuro, entenderás que el compromiso con el medio ambiente se ha vuelto clave en las decisiones que determinarán las características de los nuevos vehículos que están por venir en los próximos años

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