Imagínate que en un futuro prácticamente todos los coches y autobuses pudieran circular mediante el hidrógeno, dejando a un lado los combustibles con alto contenido tóxico como el petróleo o el gas natural. Un grupo de empresas ya están trabajando en este sistema para abastecer flotas urbanas y poblaciones completas. Aunque se encuentra en fase de desarrollo, se espera que en unos años su uso aumente, quizá llegando a eliminar totalmente la utilización de este tipo de sustancias nada favorables para el medio ambiente.
Un grupo de cuatro empresas europeas formado por una danesa, una alemana y dos españolas se encuentran inmersos en pruebas para que una flota urbana de autobuses utilice vehículos de hidrógeno. Esto supondría un gran avance porque actualmente la mayor parte de ellos se mueven gracias al petróleo o al gas natural, que son muy perjudiciales para el medio ambiente, sobre todo los combustibles fósiles.
El hidrógeno se obtiene a partir de fuentes renovables y se trata de un elemento que está presente en la naturaleza; el problema es que no encuentra apenas de forma libre; para poder utilizarse nada más ser obtenido. Para su uso, se requiere un proceso industrial que lo separa de otros elementos como el agua. Y aquí es donde entran en juego estas empresas europeas, ya que cada una de ellas ha decidido especializarse en un proceso distinto de producción y distribución del hidrógeno, y abastecer de la mejor manera a esta flota entera de autobuses de la ciudad de Rennerod, en Frankfurt.
Ya han sido varias las marcas que han apostado por los coches de hidrógeno, también conocidos como de pila de combustible, aunque sigue siendo algo innovador y que es muy difícil ver en las carreteras. Toyota, Honda o Mazda disponen de algún modelo de vehículo que funciona mediante este sistema, pero debido a su complejidad y a que prácticamente acaba de nacer, se esperan grandes avances en este terreno y su progresiva implantación.
¿Cómo funcionan estos vehículos?
Disponen en su interior de unos tanques de hidrógeno que se mezcla con oxígeno, generando energía eléctrica que permite mover el vehículo. El agua que sobra de este proceso se expulsa mediante el tubo de escape, que es lo que provoca que no sea dañino para el medio ambiente.
Los expertos coinciden en que en el futuro la fuente de energía principal será el hidrógeno. Japón, por ejemplo, ya está apostando por ello y Dinamarca y Noruega pretenden desvincularse de los combustibles fósiles poco a poco en pos del hidrógeno. En el resto de los países europeos, aunque hay algunos fabricantes que apuestan por él, la tendencia más habitual en cuanto a mecánicas alternativas es el coche eléctrico.
El principal problema que existe con los vehículos de hidrógeno y lo que ha llevado a muchas marcas a dejar su fabricación de lado es el coste elevado que supone producirlos debido a los materiales con los que se realiza; esto se traduce en un alto precio tanto del automóvil como del combustible en el mercado. Sin embargo, la extensión de este tipo de vehículos y la conciencia colectiva de preservar el medio ambiente provoca que se siga investigando y avanzando para que este tipo de automóvil sea asequible al bolsillo de cualquier persona. Quién sabe, ¡quizá en algunos años todos tengamos un coche de hidrógeno!
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