El parabrisas térmico, la solución a las mañanas frías de invierno

Imagina la situación: “una mañana de invierno (¿o incluso primavera?), un frío helado y una persona se dirige al coche a primera hora para ir a trabajar. Va con el tiempo justo, así que no puede distraerse con nada… y ¡zas! Al llegar, encuentralos cristales del coche con una capa de medio centímetro de hielo…” ¿Cómo acabaría la historia? Seguramente nuestro protagonista cogería un raspador (en el caso de que tenga) e intentaría retirar parte del hielo para que le permitiera tener algo de visibilidad y, por supuesto, llegaría tarde al trabajo. 

Si te has visto reflejado en esta historia, te explicamos cuál sería la solución más cómoda a tus problemas invernales: el parabrisas térmico. Si quieres saber más sobre esta prestación, sigue leyendo… 

¿Qué es el parabrisas térmico? 

Los parabrisas térmicos son cristales térmicos que proporcionan protección contra el calor, los rayos UV y la radiación solar. Están hechos de materiales especialmente diseñados para reflejar los rayos solares y mantener una temperatura interior adecuada para el conductor y los pasajeros. Esto también puede reducir el gasto de energía en el vehículo, lo que ahorra dinero a largo plazo. 

 

¿Cómo funciona el parabrisas térmico? 

En la actualidad es posible encontrar esta funcionalidad como una prestación de serie o complementaria en función del modelo de coche. En cualquier caso, si estás pensando en comprar un vehículo nuevo, te aconsejamos que elijas uno con parabrisas térmicos porque te facilitará la vida enormemente. 

Los parabrisas térmicos se fabrican utilizando materiales especialmente diseñados para reflejar los rayos solares. Esto crea una capa protectora entre la luz externa y el interior del vehículo. Esta capa reduce la cantidad de luz solar y calor que penetra en el vehículo, lo que mantendrá un nivel de temperatura adecuado sin gastar mucha energía en el proceso. Estos cristales térmicos también bloquean los rayos ultravioletas dañinos, protegiendo a los pasajeros del peligro del cáncer de piel y otros problemas relacionados. 

Aunque a simple vista sea bastante complicado diferenciar entre una luneta térmica y otra sin esta función, la primera incorpora una fina red de cables de tungsteno integrada en el cristal térmico. Este material es el mismo que se utiliza por ejemplo en las bombillas y aunque en un principio, cuando se comenzó a comercializar este sistema, estaba integrado por una malla de hilos de óxido de plata y zinc, con el paso del tiempo se ha ido perfeccionando hasta hacerse casi invisible. 

 

Ventajas del parabrisas térmico 

La luneta térmica delantera funciona a través de una resistencia eléctrica que calienta la malla de cables y de esta forma, la superficie del cristal alcanza una temperatura idónea para descongelar las placas de hielo o nieve que se hayan adherido al mismo. No existe ningún riesgo de que el parabrisas se caliente demasiado, ya que este sistema térmico únicamente funciona para despejar la superficie. 

 

luneta-termica-congelada

 

Además de facilitar la tarea de limpiar el parabrisas, esta funcionalidad también evita que se acumule la condensación en la superficie del cristal y al mismo tiempo permite que los limpiaparabrisas funcionen con una mayor efectividad sin dejar ningún rastro. 

Así, sin necesidad de encender el aire acondicionado o la calefacción, el desempañado rápido del cristal está garantizado. Este sistema sigue siendo efectivo incluso cuando los cristales se llenan de vaho por otros motivos diferentes al frío extremo en el exterior. Esto se traduce, sin duda, en un ahorro de combustible o de energía. 

Ya sabemos que un parabrisas con nieve, hielo o empañado reduce sobremanera la visión, por lo que el parabrisas térmico es una alternativa perfecta para emprender la marcha con total seguridad y reduciendo el riesgo de rayar la luneta térmica delantera, 

 

Desventajas del parabrisas térmico 

Las principales desventajas de los parabrisas térmicos son su coste y mantenimiento. Estos cristales pueden ser bastante caros para instalar y, si se dañan, pueden ser difíciles de reparar. Además, algunos fabricantes recomiendan que los parabrisas térmicos se reemplacen cada cinco a siete años para garantizar el máximo rendimiento. Las creencias de que estos cristales reducen la visibilidad durante la noche también han sido desmentidas en numerosas pruebas. 

 

¿Qué pasa si el parabrisas térmico sufre algún daño? 

En el caso de que sufra alguna rotura el parabrisas, será necesario repararlo lo antes posible en un centro especializado, como los que conforman la red de Carglass®. Si se continúa conduciendo con la luneta térmica delantera en mal estado, puede derivar en el deterioro parcial de la zona afectada del sistema térmico, impidiendo así que funcione correctamente. 

Las labores de sustitución o reparación de un parabrisas térmico deben hacerse con sumo cuidado para desconectar los cables si fuera necesario y elegir el cristal adecuado al sistema. 

 

Dada la importancia de este elemento, es importante confiar siempre en unos profesionales que cuenten con la experiencia suficiente en el arreglo y recambio de lunas. Del mismo modo, no olvides prestar la atención adecuada al parabrisas de tu coche, ya sea térmico o no, para disfrutar de una conducción segura en cualquier trayecto. 

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