Si el motor es el corazón del coche que bombea el movimiento, la batería del coche son los pulmones que permite que funcione todo el sistema. Sin la energía eléctrica que la batería proporciona sería imposible el funcionamiento del vehículo, ni siquiera sería posible encenderlo ni poner en funcionamiento ningún elemento auxiliar relacionado con el confort y la seguridad, por lo que a la hora de escoger entre un tipo de batería para nuestro coche es imprescindible conocer cuáles son y cómo funcionan. Como hemos dicho anteriormente, la batería del coche se encarga de suministrar energía eléctrica a nuestro vehículo, permitiendo que el motor y otros elementos externos funcionen correctamente. Su función principal es propiciar la puesta en marcha del motor de arranque y de esta manera entra en acción el alternador. Esta energía sirve de apoyo al alternador cuando hay que suministrar energía a otros accesorios de ventilación, seguridad, multimedia, sistemas de ayuda a la conducción… No hay que olvidarse que el mantenimiento de las baterías de coche es fundamental, como todas las partes imprescindibles del coche. La vida de las baterías depende de muchos factores, entre ellos su uso y factores climáticos. ¿Cuánto dura la batería de un coche? La media suele ser de unos 4 años, pero la revisión de estas entra dentro de las revisiones periódicas que suele tener un vehículo.
Tipos de baterías de coche
Existen principalmente 5 tipos de batería de coche y cada una de ellas tiene un mantenimiento distinto. A continuación mostramos algunas que podrías utilizar para cambiar la batería del coche:
Baterías de celda húmedas
Este tipo de batería es una de las más comunes que existen, esto se debe a su reducido precio. Se suele encontrar a partir de unos 40 € en adelante, pudiendo llegar a los cientos de euros, todo dependiendo del amperaje y la marca. El diseño de esta batería utilizan unas placas de polaridad positiva y negativa que están suspendidas libremente en ácido sulfúrico. Estas placas están aisladas unas de otras, la placa negativa está completamente sellada en un lugar aparte para evitar que las placas positivas se estropeen. Además, no requiere prácticamente de mantenimiento, el fluido de la batería se quedará hasta que esta muera, una vez ocurra esto se cambia por otra.
Batería de calcio
La batería de calcio también es un tipo de batería bastante común, de hecho su funcionamiento se parece bastante a la batería de celda húmeda. Su principal diferencia es que las placas de la batería de calcio tienen una aleación de calcio. Esto proporciona dos grandes ventajas, evita la corrosión de las placas y se logra que pierda hasta un 80% menos de fluido, es decir, que el ratio de autodescarga sea mucho más lento. Como consecuencia, su vida útil es mucho más larga que la de las baterías de celda húmeda. En cambio tiene un inconveniente y es que hay que tener cuidado con no sobrecargarla, ya que puede dañarla definitivamente. Las burbujas que fluyen dentro del líquido son importantes, ya que ellas son las responsables de mezclar las diferentes densidades de los ácidos. En cuanto a su precio es bastante asequible, puedes encontrarlas por menos de 80€.

Batería VRLA (gel y AGM)
Sus siglas significan “Valve Regulated Lead Acid”. Su nombre hace referencia a las válvulas de seguridad que se encuentran presurizadas en la caja de batería. En su interior la caja contiene un gas en estado líquido que al estar presurizado, evita cualquier posibilidad de pérdida de fluidos. De este tipo de batería existen dos diseños:
- Batería de gel: Estas baterías usan una silicona para conseguir que el ácido quede más denso, en forma de gel. Son baterías perfectas para coches con equipos eléctricos exigentes, es decir, aguantan muy bien las descargas profundas. En cambio, tienen un inconveniente y es que no son nada recomendables para arrancar el motor.
- Batería de AGM: Popularmente llamadas baterías “secas”. Estas separan los leucocitos por medio de fibra de vidrio, provocando poca resistencia interna y de esta manera los mantiene fijados. Gracias a este sistema no usas ni gel ni agua. Es una tecnología bastante innovadora dentro de las baterías de plomo.
Baterías de iones de litio
Algunos vehículos de alta gama o de edición limitada ofrecen este tipo de baterías. Normalmente se usan para la alimentación de los coches eléctricos, ya que son mucho más ligeras y esto permite que su autonomía mejore. Son baterías que usan sal de litio para su funcionamiento. Incorporan un circuito para protegerlas de las sobrecargas.
En conclusión, elegir la batería de coche adecuada es crucial. Las opciones incluyen plomo-ácido, AGM, gel y litio, cada una con ventajas específicas para distintos vehículos y usos. Una elección acertada asegura un arranque fiable y prolonga la eficiencia del sistema eléctrico del vehículo.
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