Ciudades como París, Roma o Nueva York tienen sus encantos, por supuesto, sería absurdo negarlo… Pero, si viajas a alguna de estas grandes capitales, debes prepararte para sufrir largas colas en los lugares de interés y correr de un lugar a otro con la intención de ver lo máximo posible. En este tipo de vacaciones, en muchas ocasiones, vuelves más cansado que cuando te fuiste.
Pero hay otro tipo de viajes, más relajantes donde puedes hacer turismo a tu ritmo, en tu coche, parando donde te apetezca y sin estrés. Afortunadamente, no tienes que ir muy lejos, la geografía española está repleta de lugares con encanto para descubrir.
¿Te pica la curiosidad? A continuación, te ofrecemos nuestra selección, pero si se te ocurre alguno que quieras añadir a nuestra lista, no dudes en comentarlo en el blog y lo añadiremos a este post ¡ipso facto!
Cudillero
Este pueblo marinero de Asturias es completamente distinto a la imagen que tienes de un pueblo costero. Se encuentra curiosamente escondido, oculto desde mar y tierra y puedes contemplar multitud de casitas de infinidad de colores.
Si tienes la oportunidad de elegir fecha en la que viajar, el 29 de junio son las fiestas en las que se celebra el divertido pregón de L’Almuravela que cuenta con humor los chascarrillos sucedidos en el pueblo. Tienen incluso un dialecto propio, el pixueto.
Combarro
Esta villa atrae principalmente a la gente por sus históricas calles pavimentadas con granito que se remontan al 1700. Vas a poder visitar las tradicionales casas gallegas con sus típicos porches cubiertos, sus balcones de piedra y diminutos jardines.
No olvides buscar y, sobre todo, fotografiar los ocho cruceiros (cruces monumentales de granito) que encontrarás en los rincones del pueblo. Cada casa tiene un hórreo (estructura muy típica de Galicia que se utilizaba para secar maiz o pescado).
Laguardia
Ubicada en la cima de una colina en medio de un valle, se encuentra este pueblo vasco amurallado rodeado de viñedos. Algunas de las bodegas que hay en los sótanos de las casas se pueden visitar, ¡no te los pierdas!
Disfruta paseando por sus estrechas calles medievales y haz una parada obligada en uno de los múltiples bares para tomar un vino local acompañado de una ración o un pintxo.
Liérganes
Este pueblo, al pie de dos pequeñas colinas, Marimón y Cotillamón, tiene mucho que visitar. El Mercadil, parte antigua, los caserones típicos de la zona, el Palacio de Rañad, la iglesia de San Sebastián, así como las casas de Setién y Cañones. Un auténtico tesoro rural.
El pueblo tiene además un balneario-spa en medio de en un fantástico caserón con un aire del siglo XIX y rodeado de bosque. ¿Qué tal si aprovechas y te haces una cura de estrés?
Olvera
Lo que en otro tiempo fue una fortaleza morisca ha evolucionado en una comunidad productora de aceite. Es uno de esos lugares con encanto, el típico pueblo andaluz escondido entre las montañas donde no llega el turismo de masas.
Como visita obligada hay que nombrar el castillo árabe que preside el pueblo y la impresionante catedral de 1822 construida sobre una antigua mezquita. Su atractivo principal son sus casas blancas con sus barrotes negros, las flores en los alféizares, las calles estrechas y empedradas.
Ronda
Conserva gran parte de su encanto histórico, particularmente su casco antiguo. Es famoso en todo el mundo por sus espectaculares vistas, y por la profunda garganta del Tajo que lleva el río Guadalevín a través del pueblo. El puente tiene una vista impresionante con 100 m de abismo.
Nijar
Situado justo al borde de Parque Natural de Cabo de Gata tiene un enclave natural maravilloso así que puedes aprovechar para recorrer sus alrededores en coche.
Pasea por sus calles y disfruta de la popular cerámica local y de sus pintorescas calles. Desde la antigua fortaleza del Castillo de Huebro, contemplarás unas vistas únicas y, además, conserva parte de la muralla y un aljibe.
Esperamos que os haya gustado nuestra selección, pero hay muchos más pueblos dignos de nombrar. Te invitamos a ayudarnos a acabar la lista Carglass® de pueblos con encanto con tus aportaciones. ¡Somos todo oídos!