Ruta en coche por la Costa da Morte

Natural, salvaje y mágica son algunos de los adjetivos que acompañan a la Costa da Morte. Este tramo costero de Galicia, bañado por el siempre imponente Océano Atlántico, se extiende unos 200 km desde Finisterre hasta Malpica.  

Te proponemos una ruta en coche que te permitirá disfrutar de Galicia, de su Costa de la Muerte y con ella disfrutar también de acantilados que quitan el hipo, playas desiertas, ruinas megalíticas, pequeñas aldeas y como no, de esos faros que parecen señalar el fin del mundo.  

En Carglass® estamos enamorados de los roadtrips y este uno de los clásicos, pero no por ello menos impresionantes. Recuerda siempre tener tu coche a punto antes de un ‘roadtrip’. Motor revisado, escobillas que te aporten buena visibilidad en caso de lluvia, ruedas en buen estado o el sistema ADAS del coche revisado. Incluso, llevar contigo el Help Flash en caso de avería para asegurarte una mayor protección en carretera.  

 

Ruta por la Costa Da Morte en tres etapas

 

 

Desde Carnota hasta A Laracha y a lo largo de 17 municipios distintos, la Costa Da Morte, en la costa gallega, es una región extensa que, aunque muchos, deciden poner el ojo solo en tres enclaves concretos como Malpica, Muxía y Fisterra y verlos en un día, lo más recomendable para conocer y disfrutar de la zona es estar al menos dos días como mínimo. Es por eso que hemos separado el recorrido en tres etapas para disfrutar con mayor tranquilidad.  

 

1. De Malpica a Muxía 

Empezamos la ruta en la población de Malpica con el objetivo de ir en dirección sur hasta Muros. En Malpica de Bergantiños encontraremos el cabo de Santo Hadrián desde el que tendrás unas vistas espectaculares a las islas Sisargas. Se trata de unos islotes deshabitados, pero que en caso de contar con embarcación privada pueden ser visitadas.  

Posteriormente, se puede parar en el faro de punta Nariga antes de emprender el camino hasta Duna do monte Branco y las playas del Trece y Cementerio de los Ingleses. Es un tramo de unos 12 kilómetros aproximadamente que, aunque no es muy extenso, se trata de una pista forestal sin asfaltar, por lo que te puede llevar algo más de tiempo. Además, las vistas que encontrarás desde Camelle hasta llegar al faro Vilán en Camariñas valdrán la pena. 

 

 2. De Fisterra a Carnota 

El recorrido continúa, como no podía ser de otra manera, por el fin del mundo: Finisterre. El faro es imprescindible, no puedes irte del término de A Coruña sin verlo, pero desde luego no es lo único. El pueblo tiene mucho que decir, pese a tener solo unos 5.000 habitantes en el censo. Si paseamos por Finisterre podemos visitar el Castillo de San Carlos o la Iglesia de Nuestra Señora de las Arenas construida en el siglo XII.  

Si eres de los que indiferentemente de la estación del año te gusta la playa, existen dos opciones perfectas:  Langosteira y O Rostro. Ambas en los alrededores de Fisterra, la primera con un toque más paradisíaco y de arena blanca, mientras que la segunda más salvaje, con mayor sensación de conexión con la naturaleza y la libertad.  

Este segundo tramo de la ruta, lo terminamos con la visita a Ézaro para contemplar la desembocadura del Río Xallas, con su espectacular salto como único río europeo que cae en cascada hacia el mar, así como su mirador para finalmente llegar a Carnota. Allí podremos disfrutar tanto de su playa -un arenal de siete kilómetros de largo prácticamente virgen- como de su conocido Hórreo, uno de los elementos por los que Carnota es más conocida y que fue reconocido como Monumento Nacional y el más grande de Galicia de estilo Noya.  

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3. De Lira a Muros 

Para acabar la ruta, no podemos olvidar el municipio cercano a Carnota, Lira. Esta población también cuenta con otro Hórreo enorme construido en el siglo XVIII de casi 37 metros de largo. En este camino, podrás parar a respirar y disfrutar de la belleza de la naturaleza gracias al entorno del Monte y la Lagoa de Louro, para acabar finalmente visitando y conociendo la historia del pueblo marinero de Muros. Este municipio te da la posibilidad de dar un paseo con mucho encanto por sus calles empedradas, así como ser testigos de lo que es una vida dedicada al mar. 

 

Esta es una propuesta que permite también hacerla a la inversa, así como añadir aún más paradas, y es que la Costa Da Morte tiene muchísimos rincones donde perderse y más disponiendo de coche propio y la libertad que da. Eso sí, como cualquier viaje por carretera y más en aquellos de carácter más salvaje y de montaña, se pueden dar muchos imprevistos. No dejes que ningún chinazo en tu parabrisas o lunas te juegue una mala pasada, Carglass® cuenta con talleres en Galicia para resolverte el problema y que puedas seguir disfrutando del viaje sin problema.  

 

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