Humo negro en el coche: causas y soluciones

Pocas cosas nos pueden llegar a dar tantos quebraderos de cabeza como nuestro coche.  Uno de esos problemas puede ser el humo negro. Aunque pueda parecer una alteración leve, si un coche con motor diésel expulsa humo negro hay motivos para preocuparse.

Cuando un coche está en funcionamiento, la combustión de la gasolina produce que por el tubo de escape salga un humo grisáceo. A medida que han evolucionado tanto el tratamiento de los combustibles como las tecnologías de los vehículos, ese humo se ha ido haciendo menos visible. Es por eso que, si de repente vemos una humareda oscura y densa salir de nuestro vehículo, nos resulta preocupante, ya que significa que hay algún fallo en el coche que debe solucionarse antes de que pueda provocar daños mayores y más costosos.

A continuación descubrirás qué es el humo negro, por qué a veces se produce en un coche, cuáles son sus causas y qué hay que hacer para ponerle remedio. Ten en cuenta los indicadores que explicamos a continuación para detectar la posible causa, pero por si el problema surge de repente mientras estás en carretera, no te olvides de llevar en el vehículo la luz Help Flash de emergencia, para poder detener el coche en el arcén con total seguridad.

Humo negro, una mala señal

Con los coches actuales no hay lugar a dudas: si se produce humo negro, algo funciona fuera de lo normal. Tal vez pueda resultar complicado llegar a saber qué es exactamente lo que lo produce. Es obvio que el problema no procede de los neumáticos o de los frenos, por ejemplo. Por lo tanto, es fácil deducir que el problema procede del motor, y más concretamente en el proceso de combustión.

La causa más habitual por la que sale humo negro de un coche es que la gasolina o el gasóil que hay en el depósito no está quemando como es debido. La explicación la encontramos en el filtro de aire. La inmensa mayoría de coches lo llevan incorporado, entre otras cosas porque es obligatorio en casi todas partes. Como sucede con el resto de componentes de un vehículo, el tiempo y el uso provocan desgaste, y aquella pieza que al principio funcionaba bien, luego puede no funcionar debido al deterioro y a la acumulación de suciedad.

Con los filtros de aire sucede exactamente eso. La acumulación de partículas sólidas derivadas de la combustión del diésel hace que el filtrado de aire no sea el adecuado. De ese modo la combustión se vuelve más intensa y se quema más gasóil del debido y sin la oxigenación adecuada. De ese modo, el resultado termina siendo la expulsión de una humareda negra por el tubo de escape.

Los motivos que explican ese humo negro en el coche pueden ser el deterioro natural del filtro de aire, el cual de vez en cuando conviene renovar. Sin embargo, otra de las causas que explica el humo negro puede ser un mal uso del vehículo. Si por ejemplo, usamos el coche siempre para distancias cortas y sin llegar a alcanzar velocidades superiores a las de las vías urbanas, es posible que se acumulen restos de carbonilla en el filtro de aire, por lo que el problema sería el mismo.

Causas del humo negro en el coche

No solamente el humo negro es indicativo de que hay un problema en el motor de tu coche. Si cuando arrancas tu vehículo observas otro tipo de tonalidad o cantidad de humo anómala, también se debe a que hay algún problema que debe repararse. Por ejemplo, un humo de color azul claro pálido y con olor a quemado indica que el aceite del coche se está mezclando con el combustible y se ha colado en la cámara de combustión por alguna zona. Igualmente, si el humo sale muy blanco y espeso, esto indicará algún problema relacionado con la refrigeración del combustible.

¿Cómo solucionarlo?

La solución más sencilla y directa pasa por llevar el coche al taller para que puedan comprobar qué es exactamente lo que causa el humo negro, aunque lo más probable es que se deba a la propia acumulación de carbonilla en el filtro. Sin embargo, si somos conscientes de que el humo negro se debe a que solo usamos el vehículo por la ciudad y nunca a altas revoluciones, una solución podría ser la de recorrer unos cuantos kilómetros a una velocidad algo elevada, pero respetando los límites de la vía, e intentar mantener el motor revolucionado.

El humo negro suele indicar que hay algo que no marcha bien en el motor del coche y que es hora de pasar por el taller para una revisión. Para prevenir este problema, no obstante, se recomienda revolucionar el coche de vez en cuando, ya que es bueno para el motor. En este caso, las altas temperaturas podrían ayudar a eliminar la carbonilla acumulada en el filtro y restaurar la combustión óptima de la gasolina. Si el problema se solucionara haciendo esto, no deberíamos preocuparnos de nada más.

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