Las emisiones de contaminantes que expulsan los automóviles cada vez perjudican más la atmósfera, un grave problema que no hace otra cosa más que crecer. Por ello, los coches de gas resultan una opción interesante.
Las emisiones producidas por los sistemas de combustión clásicos dañan al medio ambiente, y cada vez se está convirtiendo en un problema mayor en la sociedad actual, un factor que hay que resolver cuanto antes, sobre todo si queremos un futuro mejor.
Seguramente hayas oído hablar de los coches de gas, actualmente son una alternativa eficaz en comparación al combustible tradicional. La industria del automóvil se ha centrado principalmente en el coche eléctrico, dejando de lado otras opciones como los coches de gas.
En el mercado existen básicamente dos tipos de gas automotriz, por un lado el gas natural comprimido (GNC) y por otro el gas licuado del petróleo (GLP). Los coches a gas tienen un funcionamiento bastante sencillo, a diferencia de los coches híbridos que tiene dos motores, los automóviles de gas solo tienen uno. Suelen tener dos depósitos de combustible y dos aberturas para poder rellenarlo.
Tanto con los coches de gas como con los vehículos de propulsión eléctrica evitamos la emisión de particular contaminantes, una consecuencia negativa de los turismos tradicionales que también podemos combatir aplicando otras medidas y tecnologías, como la inclusión del laminado de lunas, que ayuda a mantener el interior del vehículo fresco y disminuye el uso del aire acondicionado.
Ventajas de los coches de gas respecto a otros combustibles
Las principales ventajas de los coches de gas son:
- El gas natural es fundamentalmente metano, produce menos CO2 y por lo tanto no contamina tanto en comparación con otros combustibles como la gasolina.
- Conducir un coche de gas puede parecer poco seguro, pero lo es, incluso más seguro que cualquier coche con motor de combustión de gasolina.
- Los depósitos de GNC son más resistentes que los comunes, por tanto en caso de tener un accidente, es más difícil que se estropeen.
- La gasolina arde a los 300 grados centígrados aproximadamente, mientras que la temperatura de incendio del gas es más o menos a los 600 grados centígrados.
- Permite una mayor autonomía en comparación con los combustibles convencionales.
- El gas es más barato que por ejemplo la gasolina, por lo que el consumo será mucho menos, permitiendo el ahorro a largo plazo.
- El mantenimiento de un coche a gas es mucho más sencillo que uno convencional.
No podemos olvidar que la DGT clasifica por categorías los coches según su contaminación, un problema que favorece a los coches de gas y eléctricos.
Desventajas de los coches de gas frente a los de combustibles tradicionales
- Aunque cada vez hay más movilidad ecológica, aún falta mucho por hacer. La principal desventaja de los coches de gas es que la red de estaciones es limitada.
- Si decides comprar un coche a gas o si prefieres sustituir en tu coche el motor convencional por uno de gas, en ambos casos el precio de los sistemas es algo alto.
- El espacio del maletero es reducido, ya que los sistemas de gas suelen estar instalados en la parte trasera del vehículo.
Merece la pena adquirir un coche de gas, respeta el medioambiente, además que podrás adquirir la etiqueta ECO de la Dirección General de tráfico, que permite que los coches de gas puedan entrar en las ciudades con alta contaminación.
Por lo tanto, estos coches son una buena alternativa sostenible y eficiente, en comparación con otros combustibles. El ahorro a largo plazo y la seguridad que ofrecen son otros puntos a favor de los coches de gas.
