Los sistemas de seguridad activa: ¿Cómo nos ayudan?

La industria del automóvil invierte cada año una millonada en hacer que sus coches sean más seguros. Los llamados sistemas de seguridad activa son una prioridad esencial hoy en día. La innovación, pese a que podamos pensar que está basada en el ahorro energético y demás modernidades, está centrada en salvar vidas.

Hoy vamos a hablar de los diferentes tipos de sistemas de seguridad activa que se encuentran en vigor, y que son adaptados a todos o a algunos modelos de vehículos.

Hay algunos sistemas que son tan populares que toda marca que se precie los incluye como parte del equipamiento de serie, en lugar de como extras que se puedan añadir voluntariamente.

Clasificando los sistemas de seguridad activa del coche

Es importante diferenciar entre dos tipos de sistemas de seguridad: los activos y los pasivos. Los activos son aquellos que actúan en el momento, antes de que se produzca el accidente. Los pasivos, por su parte, evitan que haya mayores daños a los ocupantes del vehículo.

  • El primer sistema de seguridad activa que queremos mencionar son los amortiguadores junto con los neumáticos. Ambos son el único punto de contacto entre nuestro coche y la carretera. La industria se vuelve loca año tras año para conseguir que los neumáticos ofrezcan, cada vez más, una mayor adherencia, una menor distancia de frenado y, sobre todo, una mejor estabilidad en la curva.
  • El antibloqueo de frenos, comúnmente llamado ABS, evita que los neumáticos patinen durante una frenada brusca. Cuando frenamos, ejercemos tanta fuerza en el sistema de frenado que puede llegar a bloquearse, provocando nuestro deslizamiento en la carretera. El ABS detecta la rueda bloqueada y libera presión del sistema de frenos para que la rueda siga girando con mayor control. Al mejorar la eficacia de la frenada, disminuimos la distancia de parada del coche.
  • La dirección asistida es el sistema de seguridad activa que va de incógnito. Tiene dos misiones, la primera es la que todos conocemos: aumentar nuestra comodidad al volante. La segunda suele pasar desapercibida, pero nos ayuda a mantener la trayectoria cuando conducimos a altas velocidades. Algunos volantes están dotados de endurecimiento progresivo según aumentamos la velocidad, garantizando así la seguridad requerida.
  • El TCS, el control de tracción de nuestras ruedas. Hace que nuestras ruedas motrices mantengan la adherencia a la calzada cuando alcanzamos velocidad. Está conectado normalmente con el ABS, dado que tiene que recibir información constante de las ruedas de nuestro coche.
  • El control de estabilidad (ESP) es el que nos mantiene en nuestra trayectoria. Actúa en las cuatro ruedas y tiene tres tipos de sensores diferentes: ángulo de dirección, velocidad de giro de cada rueda y ángulo de giro y aceleración transversal. Los coches antiguos carecían de él y es especialmente útil en carreteras tortuosas.

Por último, vamos a hablar de las últimas incorporaciones en lo que a sistemas de seguridad activa se refiere. Son los denominados ADAS (Advanced Driver Assistance Systems), un conjunto de tecnologías que ayudan a reducir los riesgos que aparecen cuando se circula, tanto para el propio conductor y demás ocupantes del coche, como para el resto de usuarios de la vía. Esta lista crece día a día y su fin último es siempre hacernos sentir más seguros cuando conducimos. Estos son algunos ejemplos de los más conocidos:

  • Uno de los últimos avances es el avisador de cambio de carril involuntario. Aquí se alerta al conductor de cuando abandona el carril sin señalizar con los intermitentes. Le suele avisar mediante un pitido, aunque también existe la posibilidad de una vibración acústica que se perciba en nuestro asiento, volante o cinturón de seguridad.
  • Unido a este, tenemos la detección y aviso de circulación en sentido contrario, un sistema bastante intuitivo que detecta si un vehículo está circulando por el carril contrario. Toma la información en la mayoría de los casos de nuestro GPS.
  • El avance más nuevo es la detención del ángulo muerto. Como bien indica el nombre, detecta la presencia de un vehículo en el ángulo muerto de los espejos retrovisores. Es especialmente útil para los adelantamientos y soluciona el miedo que se tenía a las distancias que se debían dejar cuando pasabas cerca de otro coche.

Además de los sistemas de seguridad activos y pasivos, hemos de emplear todos los medios posibles para garantizar la seguridad al volante, señalando todas nuestras maniobras, o utilizando luces de emergencia como Help Flash para avisar de nuestra presencia en caso de avería o accidente en carretera.

Los sistemas de seguridad activa mejoran nuestra experiencia y nos dan seguridad, pero también aseguran el bajo riesgo de accidente del resto de usuarios de la vía. Y tú, ¿los conocías todos?

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