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¿Te ayudamos?El correcto funcionamiento del airbag de acompañante depende del estado y colocación del parabrisas. ¿A que no lo sabías?
El airbag es un sistema de retención suplemetario que, combinado con el cinturón de seguridad, ayuda a amortiguar la deceleración del cuerpo humano ante colisiones severas o moderadas, reduciendo con ello el riesgo de lesiones para los ocupantes del vehículo.
La efectividad del airbag en la reducción de mortalidad está totalmente demostrada. Según la administración norteamericana de seguridad vial se estima que desde su implantación inicial en 1987 hasta 2009 el airbag salvó más de 32.000 vidas sólo en EE.UU. Lo que muy poca gente sabe es que la eficacia del airbag de acompañante está condicionada por el buen estado y la correcta instalación del parabrisas, es decir, que parabrisas y airbag forman un «equipo» a la hora de proteger a los pasajeros.
En la mayoría de los vehículos, el airbag del copiloto se despliega proyectado hacia fuera del parabrisas. Si el parabrisas no está bien adherido a la carrocería del vehículo, la fuerza del airbag hace saltar el cristal y puede dar como resultado lesiones graves para los ocupantes.
Durante su despliegue, el airbag se expande a más de 300 km/h para lograr que la bolsa esté totalmente inflada antes de que el cuerpo del pasajero la toque. Ese despliegue genera una enorme fuerza sobre el parabrisas, que será el principal responsable de mantenerlo en la posición correcta para su máxima eficacia. Esta gran fuerza puede hacer que un parabrisas mal instalado o agrietado pueda romperse o salir despedido, con lo que dejaría de proporcionar una superficie de apoyo.
Como consecuencia, el airbag no realizaría correctamente su función como sistema de retención y, peor aún, se perdería la función estructural del parabrisas y toda la rigidez que proporciona a la carrocería justo en el momento en el que es más necesaria, en el momento del accidente.
Todo ello nos lleva a afirmar que, por un lado, la eficacia del airbag de acompañante depende en gran medida de que el parabrisas esté en perfectas condiciones y, por otro, que un parabrisas en mal estado o mal instalado podría reducir notablemente la rigidez estructural del vehículo en caso de accidente, un factor clave a la hora de protegernos en caso de colisión.
La conclusión es que ante una grieta o rotura del parabrisas es altamente recomendable acudir a un taller especialista que nos ofrezca todas las garantías para una correcta reparación o sustitución del mismo y que conozca profundamente todas las implicaciones de este delicado trabajo.
