Junto con los neumáticos, los frenos son el elemento de seguridad activa más importante de cualquier vehículo. Al desarrollar una actividad clave, estos elementos están sometidos a un gran nivel de desgaste y, por ello, es importante llevar un buen mantenimiento de las pastillas y los discos de freno. ¿Quieres aprender cómo saber si las pastillas de freno están gastadas? ¡Sigue leyendo! Nosotros te damos las claves para que conduzcas con todas las garantías de seguridad.
La importancia de las pastillas y los discos de freno
Unos frenos en buen estado nos aseguran circular seguros y poder reaccionar de forma adecuada ante cualquier incidencia, disminuyendo el riesgo de accidente. Por ello, es importante llevar un control sobre estos elementos con el fin de alargar su vida útil. Así, ahorraremos dinero y ganaremos en seguridad ante situaciones imprevistas en la carretera. La duración de los frenos depende del tipo de conducción. La conducción deportiva, por ejemplo, exige una frenada mayor y más brusca, lo que conlleva un desgaste prematuro de las pastillas y los discos. Por el contrario, si se lleva a cabo una conducción responsable, sin circular a altas velocidades y evitando frenazos bruscos, la vida útil de las pastillas puede extenderse hasta los 112.000 kilómetros. No obstante, esta es una estimación aproximada que se ve condicionada por determinados factores como las altas temperaturas, la sobrecarga en el vehículo o conducir la mayoría del tiempo en entornos urbanos.
Cómo conservar más tiempo las pastillas de freno
Los discos y las pastillas de freno son elementos de desgaste. Durante el frenado, existe una pérdida causada por la fricción entre el disco y las pastillas que, con el paso del tiempo, provoca el adelgazamiento de los mismos. Las pastillas tienen la función de proporcionar la fricción necesaria a los discos de freno para que el automóvil se detenga al accionar el pedal. Para conservarlas en buen estado, la mejor herramienta de seguridad y de garantía es la prevención. En este sentido, se recomienda hacer una conducción progresiva y eficiente, evitando cualquier frenada brusca, y llevar un control del desgaste cada 20 o 30.000 kilómetros, teniendo en cuenta que las pastillas delanteras se ven más perjudicadas que las traseras.

Los síntomas de desgaste
La vida útil del vehículo y de los elementos que lo componen va disminuyendo a medida que se va usando. Algunas de las piezas más visibles nos facilitan la labor de saber cuándo es necesario actuar, como reparar o sustituir la luna, o cambiar las ruedas, pero otras son menos obvias. Por ello, en los coches más nuevos, existen chivatos que informan al conductor de los fallos que pueda haber pero, en la mayoría de los casos, el propietario debe prestar atención a los ruidos y a los cambios en la conducción que pudiese notar. Para saber si las pastillas de freno y, quizás, los discos, están desgastados, es importante atender a los siguientes síntomas:
- Si al pisar el freno lo sientes duro, eso significa que las pastillas pueden estar duras, tener grasa o aceite o pueden que estén cristalizadas.
- Si notas una vibración al frenar cuando vas circulando por autopista, esto puede significar que los discos de freno estén alabeados y hay que cambiarlos.
- Si algo no deja lugar a dudas es el ruido chirriante en los frenos. Puede ser que suceda porque las pastillas son demasiado nuevas o porque ya llevas demasiado tiempo con ellas. Si no se atiende a este ruido, el desgaste irá aumentando hasta llegar a los discos de frenos.
- Si al pisar el pedal del freno este se hunde más de lo habitual, puede haber una fuga en el circuito de frenos o puede que las pastillas estén muy desgastadas.
- En este sentido, también debes cambiar estos elementos si necesitas alargar la pisada en exceso para poder detener el vehículo, si tienes la sensación de que la frenada no es del todo efectiva y de que la distancia de frenado ha aumentado respecto a la habitual.
¿Se puede conducir con desgaste de las pastillas de freno?
Conducir con desgaste de frenos puede ser peligroso, ya que el sistema de frenos es crucial para la seguridad del vehículo. Presta atención al ruido del coche al frenar y al pedal de freno, que podría sentirse diferente. Debes cambiar las pastillas cuando el grosor de las pastillas se reduce significativamente. Además, es importante rellenar el líquido de freno si es necesario. Si las pastillas de freno desgastadas afectan la capacidad de frenado, no dudes en sustituir las pastillas para garantizar un frenado del vehículo seguro.
No descuides el estado de las pastillas de freno, y a pesar de seguir todos los consejos expuestos para su conservación y detectar indicios de desgaste, recuerda llevar el coche a un taller para hacer una revisión de las pastillas cada cierto tiempo.
Cambiar las pastillas de freno a tiempo evita daños mayores en el sistema y garantiza una conducción segura. Aunque puedes aprender cómo cambiar las pastillas de freno, recuerda que lo mejor es contar con profesionales que lo hagan por ti. En Carglass® nos preocupamos por la seguridad de tu vehículo y te invitamos a pedir cita en uno de nuestros talleres para resolver cualquier problema relacionado con tus lunas y cristales. ¡Confía en nosotros y conduce tranquilo!